How to Calm Down a Child - Bean Bags R Us

Cómo calmar a un niño

Los niños aprenden siguiendo ejemplos más que escuchando palabras y razones. Para calmar a un niño, primero debes mantener la calma tú mismo

Los niños aprenden siguiendo ejemplos más que escuchando palabras y razonando. Para calmar a un niño, primero debes mantener la calma tú mismo

Criar a un niño nunca se ha descrito como algo fácil, pero cuando los niños sienten estrés, ansiedad, frustración y enojo, surgen dificultades particulares que muchos padres luchan por manejar de manera productiva. En muchos aspectos, los niños son como los adultos. Muchos niños experimentan emociones fuertes, como frustración y enojo, a partir de los 2 años. Pueden expresar el mismo rango de emociones que los adultos. Sin embargo, un niño no tiene la misma experiencia y probablemente nunca ha aprendido a lidiar con estos sentimientos negativos, a hacer que disminuyan y a aprender de ellos. Enseñar alfabetización emocional es un aspecto crucial del desarrollo humano, que permite a los niños identificar y articular sus sentimientos a medida que maduran. Es importante hacerle saber a tu hijo que sus sentimientos son normales y comprendidos, y guiarlo para que responda adecuadamente.

Introducción a las Técnicas de Calma

Las técnicas de calma son herramientas esenciales para ayudar a los niños a manejar sus emociones y comportamientos, especialmente durante momentos de estrés o frustración. Según el Child Mind Institute, enseñar a los niños cómo calmarse es una parte vital de su desarrollo emocional y puede reducir significativamente problemas y berrinches. Una de las estrategias más efectivas es tomar respiraciones profundas. Cuando un niño se siente enojado o abrumado, alentarlo a pausar y tomar respiraciones profundas puede ayudarlo a sentirse tranquilo y recuperar el control. Los padres pueden dar un ejemplo poderoso practicando la respiración profunda ellos mismos, especialmente cuando notan que se sienten enojados o frustrados. Introducir estas técnicas de calma a los niños más pequeños les ayuda a reconocer y expresar sus emociones, como sentirse enojados o frustrados, y les da estrategias prácticas para manejar esos sentimientos. Al incorporar técnicas de calma en su vida diaria, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar hábitos emocionales saludables que les beneficiarán durante años.

Aprende Cómo Calmar a un Niño

Han evolucionado a lo largo del tiempo varios métodos probados y verdaderos para ayudar a calmar a un niño de manera serena y reflexiva. Estos han surgido con la ayuda de psicólogos infantiles, educadores del desarrollo y personas que tienen habilidad para entender las necesidades de bebés, niños pequeños y preadolescentes. Estas estrategias pueden ser particularmente útiles tanto para padres como para niños en el manejo de emociones y la mejora del bienestar general. Los niños pueden tener dificultad para regular sus emociones y pueden mostrar comportamientos como berrinches y desafío cuando están abrumados. Desafortunadamente, no todos los métodos funcionan para cada niño. Los padres deben animar a sus hijos a probar diferentes estrategias de calma para encontrar lo que les sea más útil y efectivo, ya que lo que funciona en una ocasión puede fallar en la siguiente.

Sé la Calma que Quieres Ver

Los niños aprenden siguiendo ejemplos más que escuchando palabras y razonando. Para calmar a un niño, primero debes mantener la calma tú mismo. Es muy fácil dejar que las emociones de nuestros hijos provoquen sentimientos similares en nosotros. El enojo, el estrés y la ansiedad pueden ser extremadamente contagiosos, y debes reconocer este hecho. Por eso, algunos padres han creado una regla de que las discusiones sobre problemas no comienzan hasta que todas las partes estén calmadas, serenas y en control de sus emociones. Establecer reglas claras como esta ayuda a los niños a entender el comportamiento aceptable y manejar las transiciones de manera más efectiva. Los padres deben esperar a que su hijo se calme antes de abordar comportamientos problemáticos. Cuando tu hijo pierde el control, tu primer instinto puede ser ponerlo en un tiempo fuera, pero a veces, eres tú quien necesita el tiempo fuera. Los niños pueden recurrir a actuar mal cuando están emocionalmente abrumados, por lo que enseñar habilidades de calma puede ayudar a prevenir esos comportamientos y apoyar la regulación emocional. La frustración de tus hijos puede continuar si te alejas por unos minutos, pero esto puede jugar a tu favor cuando les haces saber que no ayudarás hasta que el berrinche termine. No tienes que separarte físicamente del niño para ponerte en un tiempo fuera. Un tiempo fuera mental funciona igual de bien, si no mejor. Por muy difícil que sea mantenerlos dentro, no dejes que tus emociones se manifiesten frente a tus hijos. Muéstrales que los problemas se pueden manejar con calma y efectividad. Aplica esta técnica en las interacciones con tus hijos y con todos los que conozcas. Perder el control de tus emociones al interactuar con otros, ya sea en público o en privado, lleva a tu hijo a creer que este es un comportamiento aceptable.

Desarrolla el Vocabulario de tu Hijo

Los niños no son inmunes a los círculos viciosos de emociones. Gran parte de su estrés y enojo no tiene nada que ver con el problema original. A menudo se agrava por no entender cómo expresar sus sentimientos inteligentemente. Los niños que gritan, patean, golpean y lanzan objetos pueden no saber cómo traducir estas emociones intensas en palabras. Puedes ayudar a un niño enojado a calmarse validando sus sentimientos y escuchando activamente para entender qué lo está molestando. Pedirle a tu hijo que te diga cómo se siente, qué necesita o cómo puedes ayudar es un buen comienzo. Pero si él o ella no conoce las palabras para responder, el esfuerzo será en vano. Una forma de superar este dilema es practicar el manejo del enojo y el estrés en situaciones donde no estén presentes. Pide a tus hijos que reflexionen sobre episodios recientes de rabia y enséñales las palabras que necesitan para expresar esas emociones. Enseñar a los niños a expresar sus sentimientos es una parte crucial de su desarrollo emocional. Comienza con sinónimos simples para sus sentimientos, como enojado, molesto, irritado, frustrado y furioso. Repite estas palabras cuando ocurran incidentes futuros y amplíalas cada vez.

Otro ejercicio efectivo es reconocer y discutir estos sentimientos cuando surjan en otros. Anima a tu hijo a observar el lenguaje corporal para entender mejor lo que alguien siente, ya que las señales no verbales pueden revelar emociones que las palabras no. Si estás en un parque y otro niño muestra signos de enojo o frustración o está discutiendo con un padre, pregunta a tu hijo qué cree que puede ser el problema y qué posibles soluciones hay. Poner a tus hijos en el papel de analistas les ayudará a analizarse a sí mismos. Por ejemplo, los hermanos a menudo reaccionan de manera diferente a la misma situación, lo que muestra cómo las reacciones emocionales y la regulación pueden variar incluso dentro de una familia.

Estimula la Calma Psicológica con la Calma Física

El cuerpo y la mente están irremediablemente conectados. Las sensaciones físicas de tu cuerpo afectan tu mente, y tus pensamientos afectan tu estado físico. Por lo tanto, puedes provocar calma psicológica en tus hijos proporcionándoles sensaciones físicas tranquilizadoras. Comienza con un abrazo. Pide a tu hijo que te abrace antes de abordar sus problemas. Los resultados de una acción tan simple te sorprenderán. Los muebles cómodos también pueden ser muy calmantes, y nada funciona mejor que los pufs para niños. Los pufs para autismo son especialmente beneficiosos, ya que proporcionan comodidad y estimulación sensorial terapéutica. Los pufs no solo son cómodos sino también divertidos. Abrazan el cuerpo y proporcionan estimulación desde la parte posterior de la cabeza hasta las manos y los pies. Los pufs son recomendados por médicos para niños con autismo y trastorno de procesamiento sensorial. El juego activo regular y el ejercicio pueden reducir los sentimientos de enojo y mejorar el bienestar emocional. Estas actividades también ayudan a los niños a lidiar con sentimientos fuertes y estrés. Puedes pedir a tu hijo que se siente a leer o ver un dibujo animado corto antes de enfrentar el problema en cuestión. Los pufs para niños también pueden ser una distracción divertida usándolos para juegos. A la mayoría de los niños les encanta la sensación de un puf sensorial contra sus cuerpos. También disfrutan correr, saltar y participar en otras actividades físicas que liberan energía excesiva.

Si tu hijo lanza objetos durante un estallido emocional, como lanzar un plato a la pared, aborda el comportamiento con calma y ayúdalo a entender mejores formas de expresar sus sentimientos.

Estrategias de calma como estas no solo ayudan en casa sino que también pueden apoyar a los niños a manejar sus emociones y comportamiento en la escuela.

Enseña a tu Hijo a Ser Consciente

La mayoría de los niños no reconocen que experimentan pequeñas señales de advertencia antes de un ataque de ansiedad o un episodio de enojo total. Descubre las señales específicas de tu hijo y discútelas con él. Los niños pueden apretar los puños, enrojecerse, ponerse rojos en la cara o comenzar a hablar en voz alta. Los niños comienzan a desarrollar nuevas emociones alrededor de los 2 años. Después de hablar con tu hijo sobre estas señales, señala cada vez que veas una y pregunta si significa que se está enojando o tiene un problema. Hablar con tu hijo le dará algo en qué pensar, y es el primer paso para enseñarle a manejar sus emociones de forma independiente.

Estrategias para Diferentes Grupos de Edad

Cada niño es único, y las estrategias que les ayudan a calmarse deben adaptarse a su edad y etapa de desarrollo. Para los niños más pequeños, actividades simples y agradables como contar despacio, compartir un abrazo o leer un libro favorito pueden ser muy efectivas para ayudarlos a sentirse tranquilos. A medida que los niños crecen, pueden aprender técnicas más avanzadas como ejercicios de respiración profunda, visualización o participar en actividad física para manejar sus emociones. Los padres pueden ayudar a sus hijos a identificar las sensaciones físicas que acompañan sentimientos de enojo o frustración, como un corazón acelerado o músculos tensos, y enseñarles cómo responder con estrategias de calma. Al enfocarse en habilidades de regulación emocional, los padres pueden apoyar a sus hijos a manejar el estrés y la ansiedad, construir relaciones saludables y enfrentar los altibajos de la vida. Hacer que estas estrategias sean divertidas y atractivas anima a los niños a practicarlas regularmente, ayudándolos a sentirse seguros en su capacidad para manejar sus emociones.

Manejo de Berrinches y Estallidos

Los berrinches y estallidos son una parte normal de la infancia, especialmente cuando los niños se sienten frustrados o enojados. En estos momentos, los padres necesitan mantenerse calmados y pacientes, incluso cuando las emociones están a flor de piel. Usar un lenguaje positivo para reconocer los sentimientos de un niño, como decir "Veo que te sientes enojado ahora mismo" o "Parece que estás muy molesto", puede ayudar a los niños a sentirse comprendidos y apoyados. Si se necesita un tiempo fuera, los padres deben explicar claramente la razón y asegurarse de que el niño entienda qué comportamiento llevó a la consecuencia. Después de que el berrinche haya pasado, tómate un tiempo para hablar con tu hijo sobre lo que sucedió. Ayúdalo a reconocer las señales de que está empezando a sentirse enojado o frustrado, como apretar los puños o sentir que su cara se calienta, y trabajen juntos para desarrollar estrategias para calmarse antes de que las cosas escalen. Al guiar a los niños a través de estas experiencias, los padres enseñan habilidades valiosas para manejar emociones y comportamientos en el futuro.

Creando un Ambiente de Calma

El ambiente en el que vive un niño puede tener un impacto significativo en su bienestar emocional. Los padres pueden ayudar a sus hijos a sentirse tranquilos creando una atmósfera pacífica en casa. Esto puede incluir reducir los niveles de ruido, usar colores suaves en la habitación del niño o añadir aromas calmantes como lavanda. Establecer una rutina diaria que incluya actividades relajantes, como leer, escuchar música calmada o estiramientos suaves, puede ayudar a los niños a relajarse y manejar sus emociones de manera más efectiva. Fomentar la actividad física, como jugar afuera o practicar yoga, también ayuda a los niños a liberar tensión y sentirse más relajados. Al hacer del hogar un espacio de calma, los padres apoyan la regulación emocional de sus hijos y reducen la probabilidad de berrinches y estallidos. Con el tiempo, los niños aprenderán a asociar ciertas actividades y ambientes con sentimientos de calma y control emocional.

Estrategias para Manejar las Emociones

Enseñar a tus hijos estrategias para manejar las emociones les servirá durante toda su vida. Un excelente ejercicio para comenzar es hacer que tus hijos tomen tres respiraciones profundas y luego cuenten despacio hasta diez. Las respiraciones y el tiempo les ayudarán a relajarse y distraerse de la intensidad de sus emociones. Practica esta estrategia al menos cinco veces por semana durante las próximas tres semanas antes de pasar a algo nuevo. Cuantas más habilidades aprendan los niños, mejor preparados estarán como adultos. Esperamos que estos métodos te ayuden a calmar a tu hijo. Si todo falla, considera comprar pufs esponjosos para la habitación de tu hijo. Son tan suaves y definitivamente calmarán al niño más estresado. Seleccionar la decoración adecuada también puede ayudar. Mira estas ideas para habitaciones de niños pequeños para crear un ambiente amigable.

Buscar Ayuda Profesional

A veces, las dificultades emocionales de un niño pueden persistir o volverse más desafiantes a pesar de los mejores esfuerzos de un padre. En estos casos, buscar ayuda profesional puede hacer una diferencia significativa. Los padres pueden acudir a un pediatra, terapeuta o consejero especializado en desarrollo infantil y regulación emocional para obtener orientación y apoyo. Estos profesionales pueden ayudar a identificar problemas subyacentes, enseñar estrategias de afrontamiento y proporcionar herramientas para manejar el estrés y la ansiedad. La intervención temprana puede ayudar a los niños a desarrollar hábitos emocionales saludables, mejorar sus relaciones y navegar mejor las dificultades. Por ejemplo, con apoyo profesional, los niños pueden aprender a reconocer y expresar sus emociones, manejar el estrés y construir relaciones fuertes y positivas con otros. Recuerda, buscar ayuda es una señal de fortaleza y cuidado, y priorizar el bienestar emocional de un niño es esencial para su desarrollo general y felicidad en la vida.

Categories: Health
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